Estrella y Vicente querían una boda sencilla, casi íntima, con sus más allegados. Y eso empezó con una personalísima invitación en la que eran sus hijos quienes invitaban al acontecimiento, firmando personalmente cada tarjeta, que se cerraba sobre sí misma con un lacre, en color plata, que hicimos en TuBodaEsÚnica.
Decidieron casarse en vísperas de Navidad, y elegimos un lugar junto al mar, el Ocean Race Club en el Puerto de Alicante.
Familia, amigos, Navidad… esto hacía totalmente oportuna una mesa imperial, tan utilizada en las celebraciones navideñas.
Todos los invitados tenían señalizado su sitio con soportes hechos con palitos de madera y rafia, excepto los novios, a quienes pusimos piñas vestidas de novio (con su pajarita) y novia (con su velo), y las iniciales de ambos.
Si las novias llegan radiantes, en esta ocasión el novio más aún y con… ¡muchos nervios! Vicente es un hombre con un gran sentido del humor, pleno de sentido común y cuando le ves, transmite la seguridad que da la madurez y sobre todo, confianza. Llegó con una madrina preciosa, su hija Miriam, espectacular en su adolescencia con un maravilloso vestido azul y unos ojos indescriptibles llenos de emoción.
Estrella llegó con un maravilloso vestido de satén en color maquillaje hecho a medida por una modista con larguísima trayectoria, Mercedes, que trabajó este tejido tan difícil con una maestría impresionante. Estrella quería un vestido de novia que conservando la esencia de su uso, estuviera acorde con su edad y su segunda boda. El look, evocador de los años 50, le quedaba maravillosamente con el peinado ondulado muy bien escogido y el maquillaje de María Catalá, Makeupzone.
El ramo de novia lo hizo Floristería La Orquídea II, al igual que los prendedores del novio y del padrino, su hijo Álvaro, guapísimo con su traje, y como si hubiese nacido con él puesto.
En la ceremonia, el oficiante celebró el rito celta de los matrimonios irlandeses, que comienza bebiendo la novia un sorbo de vino de miel, que deberá repetir durante los primeros 30 días de matrimonio, para que las hadas la protejan de los malos augurios y le garanticen la fertilidad… simbólicamente! Después, el oficiante une a los novios con una cinta azul, entrelazando sus manos con el símbolo del infinito, que representa el amor eterno…
El padrino, asegurándose de que los anillos estaban en su lugar.
Mis novios me enamoran!!
Las fotografías profesionales son de Jose Moncholi Photography
